La literatura querría llamar desarrollo personal a todo aquello que tenga como objetivo la elevación de uno mismo.
Elevarse es ir cada vez más alto, superar los propios límites, explorar la infinitud de las propias aspiraciones más profundas.
Pero el desarrollo personal va mucho más allá. Ofrece a cada individuo la oportunidad de recuperar su identidad , su alma, su valor, sus talentos únicos. Nos invita a cultivar la gratitud por la vida, a reavivar el deseo de ser plenamente nosotros mismos: un hombre, una mujer de valor , en toda la nobleza y riqueza de esta palabra.
Hay infinidad de caminos para alcanzar los propios deseos, para realizar los propios sueños, así como hay mil y una maneras de llegar a ser quien uno realmente es . Porque encontrarse a uno mismo es un proceso único, un viaje profundamente personal.
Como digo a menudo, somos autosuficientes . Mucho antes de los mandatos de nuestros padres, nuestros abuelos o la sociedad, sabemos, en el fondo, lo que es bueno para nosotros. Pero a menudo lo olvidamos. Y este olvido comienza al nacer. Nos educan, nos enseñan creencias, nos muestran caminos trillados, nos enseñan una actitud a adoptar... Nos enseñan a ser “perfectos”, pero según los criterios de los demás.
Ahora bien, la verdadera perfección sólo existe cuando emana de nuestra alma. Nace de lo que somos en lo más profundo, de esta energía única que nos impulsa. Encontrar tu yo perfecto significa reconectarte con tu esencia, con esa llama interior que sólo quiere brillar.
Y esa es la esencia misma de la vida: encontrar la propia perfección , la propia verdad, la propia singularidad. Es nuestra misión última, la elección fundadora de nuestra existencia.
Afortunadamente, la vida nos ofrece múltiples herramientas, otros tantos recursos para tomar las riendas de nuestro destino.
Trabajar sobre ti mismo significa sumergirte en tus emociones, sanar tus heridas, calmar tus miedos y liberar esos obstáculos invisibles que nos impiden tomar nuestras propias decisiones, aquellas que resuenan con nuestro ser más profundo. Se trata de avanzar hacia la libertad absoluta, la de vivir con alma y conciencia plena.
Porque la libertad última reside en una cosa esencial: la libertad de ser plenamente uno mismo .
Un día, en una reflexión íntima, me hice esta pregunta: “¿Quién eres, desarrollo personal?”
Y me respondió con una sencillez desarmante y un poder infinito: “Yo soy”.
Angélique CHAPUIS
Comments